ESCULTURA GRIEGA


PERIODOS DE LA ESCULTURA GRIEGA

PERÍODO GEOMÉTRICO.- La escultura primitiva se centra en pequeñas esculturas de forma esquemática, denominadas Xoanon realizadas en madera, las cuales podían estar recubiertas de capas de marfil o metal; el cuerpo de la figura de gran simplicidad tomaba la forma cilíndrica de la madera. Se le atribuían poderes mágicos. No han llegado a nuestros días ninguno de esos primitivos fetiches.

PERIODO CLÁSICO.-

La protección y dignidad dada a los artistas por el rey Perícles durante la época dorada en Atenas trajo como consecuencia la existencia de grandes talleres de esculturas y la producción de magnificas obras que embellecieron y engrandecieron a la ciudad, no obstante la mayoría de estas obras se perdieron en el tiempo y sólo se conocen a través de reseñas históricas y copias romanas.
El periodo clásico abarca los siglos V y IV a.C. en el primer siglo tenemos a los grandes escultores Mirón, Fidias, Policleto y otros menos conocidos como Alcámenes y Calímacos, inventor del capitel corintio. Durante el siglo IV destacan principalmente Plaxíteles, Scopa y Lisipo
Este período clásico se caracteriza por una realidad idealizada del cuerpo humano, por la proporción de las medidas y el movimiento. Los escultores clásicos sólo representaban a personas jóvenes y perfectamente bellas, si en algún momento, para la representación de un tema mitológico debían esculpir a un anciano, lo hacían de tal manera que no se afeara la realidad; en cuanto a los niños estos eran representados como adultos pero en menor escala.

Siglo V a. C.
MIRON.-
Escultor clásico del siglo V, su técnica favorita era el bronce, no obstante no ha llegado a nosotros ninguna de sus obras originales, sólo copias romanas realizadas en mármol. Su mérito fue el captar como ningún otro escultor el movimiento. Las figuras de sus atletas adquieren poses audaces de gran realismo, no obstante los rostros no representan ningún sentimiento. 
Existe la leyenda de una vaca esculpida por Mirón, que la gente tomaba como viva. De allí que el historiador Plinio llegase a afirmar que las obras de Mirón eran de proporciones mas armoniosas que las de Policleto y que además prestaba gran diligencia a los puntos delicados. 
De este escultor se conocen pocas obras, el grupo formado por la diosa Atenea y el sátiro Marsias, el famoso Discóbolo y un Minotauro que formaba parte del grupo de Teseo, no obstante resultan suficientes para situarlo en la lista de los mejores escultores griegos.

El Discóbolo. Miron.- (455 a.C.) Copia romana en mármol de su original realizado en bronce. La obra más conocida de Mirón es el Discóbolo, un atleta a punto de lanzar el disco. Existe movimiento y tensión de todos los músculos, aunque conserva la inexpresividad en el rostro y el tratamiento arcaico de los cabellos. Esta obra es un magnifico ejemplo de la representación del movimiento del cuerpo humano en tensión, donde la acción se paraliza en el momento culminante, como si se tratara de una fotografía.

El lanzamiento del disco era una de los deportes practicados en los antiguos juegos olímpicos, que se celebraban en Atenas cada cuatro años. Los competidores arrojaban el disco y ganaba el atleta que lograba mayor distancia. El tamaño de los discos variaba según la categoría de los atletas, siendo 6.6 kg y 33 cm de diámetro el más grande de los encontrados. Algunos historiadores creen que la figura del atleta representa a Jacinto, un hermoso joven amado por Apolo y quien fue muerto por éste de manera involuntaria al arrojar el disco; de la sangre del joven nació la flor del mismo nombre. Existen varias copias romanas del discóbolo en distintos museos del mundo.

FIDIAS.-

Es el gran escultor del siglo V y el más representativo del clasismo. Venerado como un genio a través de los siglos no obstante, sus dos grandes obras, por las cuales debe principalmente su fama, desaparecieron en el tiempo. Ellas fueron la estatua de Atenea Parthenos, una gigantesca figura de madera, de 12 metros de altura recubierta en oro, marfil y piedras preciosas y la estatua del Zeus criselefantino, considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo, esta última fue destruida en el año 393 cuando el emperador Teodosio, el Grande prohibió los cultos paganos, medía 14 metros de alto y representaba al dios de manera omnipotente y con el torso desnudo en mármol. 

A pesar de la destrucción de estas obras legendarias, los relieves del Partenón nos demuestran sin lugar a dudas que la genialidad de este gran escultor no era infundada. Fidias fue el escultor de Pericles y el encargado de supervisar las obras de la Acrópolis, una ardua tarea de reconstrucción de la ciudad antigua, luego de las invasiones persas. A Fidias no sólo le correspondió realizar las dos estatuas criselefantinas ya mencionadas, sino que además decoró con relieves los frontones, las metopas y el friso del Partenón. Luego de la muerte de Pericles, Fidias fue acusado de blasfemia por haber incorporado un retrato de su protector en el escudo de Palas Atenea y por haber malversado los fondos para la restauración de la Acrópolis, muere hacia el año 432 a.C., probablemente en prisión.

Fidias es reconocida por su técnica de "Paños mojados", porque las telas de los vestidos se adhieren a los cuerpos, transparentando la pie, dando la sensación de una tela mojada.

Los dos frontones del Partenón de 30 x 3.50 metros estaban formado por más de 20 figuras cada uno, algunas de las cuales doblaban prácticamente el tamaño natural. A pesar de ser relieve, las figuras fueron esculpidas con la técnica de bulto redondo. La temática son dos episodios de la mitología de Atenea, deidad a la cual estaba dedicado el templo. El oriental representa el nacimiento de la diosa Atenea salida de la cabeza de Zeus. El mito más difundido es que Zeus se tragó a su amante Metis ya embarazada y al momento del alumbramiento esta emergió de la cabeza completamente adulta y con sus armas de guerra. En el relieve aparecen Zeus sentado en su trono y Atenea de pie a su lado, Hefesto, dios encargado de abrir el cráneo para dejar nacer a Atenea, además aparecen Hera, Dionisios y el grupo de Afrodita; los ángulos estaban ocupados por Helios (el sol) y Selene (la luna) montados en sus carros tirados por caballos.
A su vez, el frontón occidental, trata de la competencia entre Poseidón, dios del mar y Atenea, diosa de la sabiduría para ser elegidos como la deidad protectora de Atenas. Según el mito Poseidón con su tridente hizo brotar una fuente de agua salada y un caballo, Atenea con su lanza regaló a los habitantes el olivo siendo declarada vencedora del torneo. Estos dos frontones se encuentran actualmente muy deteriorados y nos basamos para su descripción en lo dicho por Pausanias y en los dibujos realizados por Jacques Carrey en el año 1674.
Frontón del Partenón. Grupo de Afrodita. Fidias. Mármol. Museo Británico.- Detalle del frontón occidental del Partenón. Las figuras aparecen recortadas a los fines de adaptarse a la forma triangular del frontón. 
La diosa que aparece placidamente acostada es Afrodita, quien posiblemente se contemplaba en un espejo, ella aparece apoyada sobre el regazo de la diosa Artemisa, la tercera es probablemente Leto o Hera. Resulta significativo la posición de las diosas Afrodita y Artemisa, de franca amistad y paz, cuando en los mitos no solían ser muy compañeras.La genialidad de Fidias las reconcilia en alegoría a la paz querida por los atenienses luego de las guerras médicas. 
Las diosas están vestidas con unas túnicas que se adaptan perfectamente a los cuerpos y transparentan sus formas; esta es la llamada técnica de los “Paños Mojados”, creada por Fidias, técnica imitada por muchos pero jamás superada.

Las metopas son piezas rectangulares o cuadradas que junto con los triglifos forman el friso del entablamento de un templo dórico. Cada metopa se adornaba con esculturas y su función era fundamentalmente decorativa. Los relieves estaban policromados. Las 92 metopas del Partenón, realizadas en el taller de Fidias están dedicadas a cuatro guerras mitológicas, una para cada fachada del templo. Ellas son: La Gigantomaquia (lucha de los dioses olímpicos y Heracles contra los gigantes); la Centauromaquia (lucha de los lapitas, un pueblo griego contra los centauros, seres mitológicos con cuerpo de caballo); la Amazonomaquia (lucha de los héroes griegos Teseo, Aquiles y Heracles contra las amazonas) y la guerra de Troya (lucha de los aqueos, dirigidos por el rey Agamenón contra la ciudad de Troya, ocasionada por el rapto de la princesa Helena). En la decoración de las metopas se observan estilos diferentes que hacen pensar no sólo fueron realizadaspor Fidias, sino que intervinieron distintas manos, posiblemente dos generaciones de escultores.

Centauromaquía.- (120 x 125 cms. Mármol. Esta es una de las metopas que el conde de Elgin ordenó retirar de los muros del Partenón y trasladar a Londres, donde actualmente se encuentran en el Museo Británico. La lucha entre centauros y lapitas se muestra de una manera verosímil, en donde la muerte afecta a ambos lados; esto resulta una novedad ya que no se solía representar la derrota o muerte de los propios guerreros. 

La Centauromaquía trata de la lucha entre la civilización y la razón (los lapitas) y la barbarie y fuerza bruta (los centauros). En la boda de Piritoo e Hipodamia fueron invitados los centauros, seres mitológicos mitad caballo mitad hombre. Una vez que estos se embriagaron, trataron de violar a la novia y raptar a las mujeres presentes. Teseo, héroe griego amigo de Piritoo respondió al ataque y comandó la lucha contra los centauros, los cuales fueron derrotados y expulsados de la región. 

Friso de la Procesión de las Panateneas.- El Partenón, un templo del orden dórico, alberga en su interior un friso continuo con esculturas figurativas que responde a los lineamientos del orden jónico y que constituye un alarde de lujo y maestría. Los relieves de la cella del Partenón, de los cuales se conservan aproximadamente 128 mts, representan el 94 % de la obra sobre las Panateneas, una fiesta religiosa en honor de la diosa Atenea que tenía lugar cada cuatro años. 

El friso fue realizado por el taller de Fidias alrededor del año 440 a.C. y sus fragmentos se conservan en varios museos alrededor del mundo, especialmente en el Museo Británico, a pesar de que Grecia ha reclamado su devolución. 

Este friso estaba formado por 378 figuras humanas y 245 animales que durante las fiestas Panateneas suben en procesión al templo de Atenea. Allí convergen jinetes, soldados, músicos, sacerdotisas, ciudadanos y portadores de ofrendas. Culmina el friso un grupo de jóvenes doncellas que ofrecen un manto tejido o peplum a la diosa Atenea, quien aparece rodeada de los dioses olímpicos. No obstante, algunos historiadores consideran que el friso trata sobre la construcción de la ciudad de Atenas.

Friso de Las Panateneas.- Fidias. Detalle del friso meridional. Mármol. Museo Británico (bloque X figura 26). En la imagen se muestra un grupo de jinetes que desfilan, obsérvese el tratamiento diferente dado a las crines de los caballos, lo que hace suponer que fueron tallados por manos distintas del taller de Fidias. En esta parte del friso, además de los jinetes van en procesión carros, figuras de ancianos, músicos, portadores de cántaros y bandejas de ofrendas y otros personajes que arrean animales para sacrificar. En resumen se reúnen a todos los sectores de la sociedad ateniense para la celebración de las fiestas.

Friso de Las Panateneas.- Fidias. Detalle del friso oriental Mármol. Museo de Atenas. (Bloque VI, figuras 38, 39 y 40) En esta parte del friso aparecen maestros de ceremonias, muchachas con cántaros y jarras, funcionarios atenienses y dioses sentados en butacas esperando que empiece la ceremonia del Peplo, esto es una túnica bordada ofrecida a la diosa Atenea. 
El culto del peplo indica la evolución de niña a mujer, en este sentido se les enseñaba a las doncellas en edad de contraer matrimonio el arte de tejer, labor que constituiría su principal contribución a la economía doméstica. Igualmente el culto esta vinculado con el mito de Pedrosa y sus hermanas a quienes se les atribuye el haber tejido el primer manto de lana. El mito relata que Atenea dio a las hermanas una canasta para que la guardaran, con la advertencia de que no la abrieran. Las jóvenes abrieron la caja y al ver a Erecteo o Erictonio, un ser con cuerpo de serpiente se asustaron y al huir cayeron de lo alto de la Acrópolis y fallecieron, con excepción de Pedrosa, la única que obedeció a la diosa. Es claramente una alegoría al despertar sexual de las jóvenes.
En la ilustración aparecen los dioses Poseidón, quien golpea suavemente el hombro de Apolo, quien se voltea en repuesta a la señal, a su lado se encuentra su hermana Artemisa

Friso de las Panateneas. Fidias.- Detalle del friso septentrional (Bloque XLIII, figuras 118, 119, 120, 121, 122, 123 y 124). En este lado las figuras siguen una pauta similar al friso meridional, pero a la inversa. Inicia la procesión un grupo de jóvenes arreando bueyes y carneros para el sacrificio, continúan portadores de ofrendas, músicos, ancianos, carros y jinetes. En la ilustración aparecen jinetes con manto, túnica y sombrero y otros prácticamente desnudos. A la izquierda, el friso tal como se encuentra hoy, a la derecha una aproximación de los colores que debió tener el mismo.

POLICLETO.-
Escultor del siglo V a.C. y contemporáneo de Fidias. Su tema favorito fue el desnudo de hermosos cuerpos de jóvenes atletas y dioses. Trabajaba principalmente el bronce, no obstante sus obras fueron fundidas con la llegada del cristianismo y sólo se conoce su trabajo a través de copias romanas. 
Policleto escribió un tratado sobre arte en el cual explica que la realización de una obra no podía quedar al azar, debía estar sujeta a reglas a las que llamó “Canon”. “… Es en Policleto donde se encuentra más claramente la mezcla de la observación anatómica con el ideal de la armonía numérica… Para él, la belleza consiste en una minuciosa adecuación de las proporciones de todo el cuerpo…” (Historia del Arte, edt. Lafer, tomo 1, pág.77). 
En efecto, el ideal de belleza griego estaba estrechamente relacionado con el orden, la proporción y el equilibrio aportados por las ciencias matemáticas. El “Canon” nos va a proporcionar una imagen ideal del hombre basada en relaciones numéricas. De allí que un cuerpo perfecto se lograra interrelacionando todas sus partes, la altura de un hombre debía ser equivalente a siete cabezas; los dedos debían ser medidos y proporcionados a la mano, la mano al brazo y así sucesivamente hasta lograr una unidad armoniosa. 
Además Policleto “… estaba convencido de que una representación artística del hombre puede transmitir también valores morales…” (Arte Griego. Michael Siebler. Edt. Taschen pág. 66). Es así que la representación del hombre no sólo debía reflejar la perfección del cuerpo sino que también debía existir la perfección del espíritu, del pensamiento y de la acción, recogida en la famosa frase latina “Mens sana in corpore sano”, que era entendida como la necesidad de tener una mente equilibrada en un cuerpo equilibrado o sano. 
El modelo escultural de Policleto era una estatua de pie, relajada y equilibrada. La posición del cuerpo rompe la ley de la frontalidad y da lugar al llamado “contrapposto” u oposición armónica de las distintas partes del cuerpo con el cual se logra la sensación de movimiento. Esto es, una de las piernas soporta el peso de la obra y la otra se flexibiliza en la rodilla como si diera un paso hacia adelante, quedando el talón suspendido en el aire; los brazos hacen lo propio y la cadera opuesta a la pierna fija se eleva al igual que el hombro del mismo lado; por último la cabeza se ladea.

El Dorífero. Copia de una obra de Policleto.- (el portador de lanza). 2.12 mts. Museo arqueológico de Nápoles. Es una de las obras clásicas más copiada, existen más de 70 reproducciones de ella. Es el modelo más exquisito del canon, fue realizada en bronce entre los años 450 y 445 a.C. y posiblemente se trate del mítico héroe Aquiles. Obsérvese la posición de contrapposto, con el cual se logra el equilibrio y el movimiento. El peso de la obra es soportado por la pierna derecha reforzada por una estructura; la pierna izquierda esta libre y ligeramente flexionada; el brazo derecho a su vez descansa a lo largo del cuerpo y el izquierdo se dobla en actitud de sujetar una lanza que llevaba originalmente. 

El Dorífero sirvió de inspiración para los retratos del emperador Augusto y para la realización del famoso David de Miguel Ángel.

Otras obras de este gran escultor son el Discóforo, atleta portando el disco, el Diadumeno, atleta ciñéndose la cinta de la victoria a la cabeza, las cuales se conocen igualmente a través de copias romanas. Se le atribuye igualmente el haber realizado una estatua de Hera en oro y marfil, así como un conjunto de jóvenes jugando llamado el Astragalizontes, elogiada por el emperador Tito y la Amazona herida, obra que según los historiadores de la época habría ganado un concurso en el cual participaba Fidias; no obstante estas últimas obras se perdieron en el tiempo. Su escuela lo sobrevivió por tres generaciones.

El Diadumeno. Policleto. (Copia romana de su original en bronce) Museo Arqueológico de Atenas. Representa a un atleta ciñéndose la diadema o cinta del la victoria en la cabeza. La figura esta en contrapposto, con el peso sobre la pierna derecha la cual es reforzada por un árbol. La estatua ilustra los principios del Canon: la altura total equivalía a siete veces la altura de la cabeza, que es la longitud del pie apoyado. Se conservan además otras tres copias en el Museo Británico, en el Prado y en el Metropolitano de Nueva York. 

LOS BRONCES DE RIACE.- 

Estas dos famosas esculturas de bronce de autor desconocido fueron encontradas en el mar de Riace en Calabria (Italia) en el año 1972. Son bronces originales griegos, lo que aumenta su valor, ya que la mayoría de las obras griegas sólo son conocidas a través de copias romanas hechas para la nobleza acaudalada del imperio. Las esculturas fueron encontradas accidentalmente por un submarinista aficionado a 300 metros de la playa y 10 metros de profundidad. El deportista creyó se trataba de un cadáver y dio parte a las autoridades italianas. 

Después de cinco años de restauración fueron expuestas primeramente en Florencia y luego pasaron al Museo de la Magna Grecia en Calabria. Las figuras están en contrapposto, posición que hizo famoso el estilo de Policleto. El equilibrio de los movimientos contrapuestos de los brazos y piernas logra una representación natural del movimiento humano.

Bronces de Riace.- Anónimo (aprox. 430 a.C.) 1.97 cm. Museo Nacional de la Magna Grecia (Italia). Obras originales griegas realizadas en bronce fundido con detalles en otros metales, tales como plata en los dientes y pestañas, marfil para los ojos y cobre para los labios y pezones. Bronce A (el joven) Bronce B (el viejo). Notable elasticidad muscular. Los brazos están separados del cuerpo y posiblemente portaban armas y escudos. El bronce B tiene la cabeza un poco más pequeña, lo que hace suponer que portaba un casco.

Siglo IV a.C.
PRAXÍTELES.-
Representa para la escultura griega del siglo IV a.C. lo que Fidias simboliza para el siglo V a.C. Su obra llena de sensualidad es precursora del manierismo de la época helénica. Fue el primer escultor en realizar un desnudo femenino en tamaño natural. 
Creador de un contrapposto muy acentuado y elegante denominado “curva praxiteliana” que contraría la ley de la frontalidad, dando a la figura la forma de una “S”. La curva Praxiteliana exagera el contrapposto de las figuras de Policleto y de la actitud flexible iniciada por éste se llega a una pose relajada y sensual que rompe prácticamente la verticalidad de la figura. La rodilla se dobla aún más que en el Dorífero de Policleto, el pie se apoya en la punta y la cadera opuesta sobresale marcadamente, obligando al escultor a equilibrar la estatura con algún objeto colocado al lado de la cadera entrante. 
Igualmente se le debe la idealización del perfil griego, las perfectas proporciones de las narices de sus figuras se han convertido en un modelo de belleza. Existen numerosas copias romanas hechas en mármol que nos permiten conocer su obra, además existe la estatua de “Hermes con Dionisos Niño” encontrada durante unas excavaciones en el templo de Hera en el año 1877, la cual es considerada por algunos como de su propia mano.
Hermes y Dionisos niño. Praxiteles.- Museo arqueológico de Olimpia. Mármol. (213 cm). Según el mito Semele, una mortal amante de Zeus, le pidió a éste la gracia de poder contemplarlo en todo su esplendor, al complacerla la mujer fue muerta por las emanaciones del poder divino. Zeus entonces extrajo el bebé que llevaba en las extrañas y se lo coció a una pierna hasta el momento de su nacimiento. 
El niño fue llamado Dionisos, futuro dios del vino. Siendo bebé se le confía su custodia al dios Hermes, el mensajero. Se observa en el cuerpo de Hermes la característica curva praxiteliana, si se hiciera una línea imaginaria de arriba a abajo del cuerpo veríamos la forma de una “S”. El punto de apoyo es el árbol cubierto por un manto, en el cual se adosa la cadera de Hermes mediante un puente. El rostro perfectamente pulido nos muestra el famoso perfil griego. Las cabezas aparecen ladeadas para que ambas figuras se miren entre sí, un recurso arquitectónico que completa la narración de la historia que se representa. La obra estaba policromada y se ven restos de pinturas en los cabellos y sandalias. El brazo faltante posiblemente sujetaba un caduceo o un racimo de uvas, símbolos Hermes y Dionisos respectivamente.
Afrodita Cnidea o La Venus de Cnido. Copia romana de una obra de Praxíteles.- Mármol. La estatua representa a la diosa Afrondita, en su concepción de amor erótico saliendo del baño despreocupadamente, en una pose o actitud que se ha denominado replegamiento intimista. Ella deja caer lánguidamente la túnica sobre un ánfora de agua, que sirve de punto de apoyo a la escultura. Es el primer desnudo femenino de tamaño natural del que se tenga conocimiento. La obra en un principio había sido contratada para la ciudad de Coz, pero fue rechazada por impúdica y ésta posteriormente fue adquirida por la ciudad de Cnido. La obra original se destruyó en un incendio en Constantinopla, no obstante se conservan numerosas copias, por cuanto fue la obra más copiada de la antigüedad griega. Posiblemente Plaxiteles retrató a su amante Frine como la diosa del amor y la belleza.

ESCOPAS.-
(380 a 350 a.C.) Junto a Praxiteles y Lisipo forma el trío de los grandes escultores del siglo IV a.C. 
Escopas es el creador del estilo “Patético” (Pathos = sentimiento) que se caracteriza por dar a las figuras una expresión dramática. La tragedia, angustia, dolor y pasión se reflejan en la torción de los cuerpos y en los rostros caracterizados por los ojos hundidos y la boca entreabierta.
 “… Ha sido seguramente el primer escultor de la mente humana, casi un escultor-psicólogo, un artista capaz de robar los sentimientos, la angustia, la expresión de sus sujetos para poder infundirlos en el mármol. No se contentaba con representar el exterior del sujeto sino que quería a toda costa entrar en los pliegues del alma y descubrir todos los secretos recónditos: el dolor, la tristeza, la desilusión…” (Wikipedia) 
Otra característica de Escopas fue la de no pulimentar sus estatuas, muchas de las cuales quedaban con un acabado rustico, característica que varios siglos después inspiró a Miguel Ángel en la serie de los esclavos. 
Fue también arquitecto y colaboró en la construcción del mausoleo de Halicarnaso y en la construcción de los templos de Atenea Alea en Tegea y de Artemisa en Efeso, encargándose de los relieves con temas mitológicos. 
“… Escopas resulta a nuestros ojos el más moderno, más próximo de los escultores griegos, tanto por la audacia con que culmina sus empeños -donde el no pulimentado completo de sus obras es algo más que una marca de estilo- como por el sofisticado empleo de los claroscuros, a la búsqueda de un dinamismo estático insólito. Una obra escultórica, en definitiva, dotada casi de vida propia, y cuyos rasgos de patetismo exacerbado, impasibles al paso de los siglos, hacen de Escopas el mayor escultor -junto a Miguel Ángel- que ha logrado trasladar al mármol los misterios insondables que afligen y perturban el alma humana….” © José Antonio Bielsa

Meleagro y el jabalí de calidón. Escopas.- (340 a.C.) Copia romana de su original. Mármol. Eneo, el rey de Calidón olvidó realizar las ofrendas a la diosa Artemisa, quien en castigo mando un feroz jabalí para asolar la región. En la cacería organizada para matar al jabalí concurrieron varios héroes entre los cuales destacaban Meleagro, hijo del rey y la amazona Atalanta. 

Ella fue la primera en herir al animal, que en definitiva fue cazado por Meleagro. Según el mito Meleagro se enamoró de la amazona y le entregó el trofeo con la piel de la bestia, hecho que causó malestar entre los otros cazadores, por lo que Meleagro los mató. Luego de esto el héroe falleció a consecuencia de una profecía, que indicaba que si se apagaba consumía cierto carbón su vida se apagaría; es así que su misma madre, quien guardaba el carbón lo puso al fuego en venganza por la muerte de sus parientes quienes se habían opuesto a que Atalanta se quedase con el premio. Este fue el verdadero castigo para el rey Eneo.

Pothos.- Escopas. (Mármol) Museo del Louvre. (Copia romana de su original) Dios de la añoranza, el deseo y el anhelo. Nótese la falta de refinamiento en el acabado de la obra. El movimiento no esta acentuado, pero el juego de luces le dan la sensación de dinamismo. El no pulimentar las obras fue una característica que inspiró a Miguel Ángel en la realización de la serie de los esclavos.

 

Ménade.- Escopas. La figura resulta trágica y conmovedora a la vez; la expresividad de la cara de la mujer es un claro ejemplo del “pathos” o sentimiento. También en este caso la obra no esta pulimentada, lo que enfatiza su dramatismo. Las Ménades o bacantes son divinidades relacionadas con Dionisios, el dios del vino quien les inspiraba una locura mística. Normalmente se les representa en estado de éxtasis, danzando salvajemente e intoxicadas por el vino. El poeta Eurípedes en su obra “Las Bacantes” afirma que las Ménades descuartizaban a sus victimas durante el frenesí de la danza.

LISIPO.-
(370 a 318 a.C,) Escultor fundador de la escuela de Sición y Argon, trabajador muy prolijo, no obstante su obra sólo ha llegado a nosotros a través de copias romanas. 
El estilo de Lisipo se caracteriza por el naturalismo y la disposición de las figuras en el espacio, lo que obliga al espectador a contemplarlas desde diferentes puntos de vista, un verdadero maestro en representar todas las dimensiones de la obra de tal manera que puede ser vista por todos los lados. 
“…La genialidad de Lisipo lo llevó a abrir nuevos caminos en la escultura de la época. Fue el primero en intuir la posibilidad de modelar la estatua, en función de un punto de vista circular, de 360 grados, y no desde la perspectiva de un solo punto de vista fijo, como se había trabajado hasta entonces lo que, en términos de puesta en escena, adormecía a la figura, haciéndola perder fuerza, expresión y vitalidad. Sus intuiciones lo impusieron como el escultor más completo y moderno de su época, pudiendo así controlar la forma de su obra, en cada posible perspectiva y ángulo de visión…! (Wikipedia). 
Uno de los principales aportes de Lisipo a la escultura fue haber modificado el canon establecido por Policleto para la figura humana, de 1 X 7 a 1 x 7 ½ cabezas, es decir la altura del cuerpo era proporcional a 7 cabezas y media, por lo que sus figuras resultan mas estilizadas y elegantes. 
Fue el artista preferido de Alejandro Magno, a quien retrató en varias oportunidades, con el cabello revuelto y los labios entreabiertos. Sus figuras no sólo eran la reproducción realista del modelo, sino que transmitía implicaciones psicológicas. De allí que pueda decirse que Lisipo es una mezcla entre el encanto de Praxiteles y el patetismo de Escopas. Belleza y gracia con sentimiento, motivo por el cual influyó notablemente en el periodo helénico. Fue maestro de Apeles, Cares de Lindo (escultor del coloso de Rodas, una de las siete maravillas del mundo antiguo),
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Apoxyómeno. Lisipo. (Copia romana de su original en bronce) Mármol. 2,05 mts. Museo del vaticano. Representa a un joven atleta en además de quitarse la arena, sudor y aceite de la piel con un instrumento de metal. La obra consigue una mayor profundidad espacial, gracias a la proyección de los brazos hacia delante; esta posición obliga al espectador a observar la obra de lado a los fines de apreciarla en su totalidad. Su rostro es expresivo, hay una arruga en su frente y su mirada es melancólica, influencia del pathos o patetismo de Escopas. La belleza y gracia de la figura recuerda a Praxiteles.