HECHOS HISTORICOS

LAS GUERRAS MEDICAS


Se conoce como Guerras Médicas al enfrentamiento bélico que tuvo lugar entre los años 500 a 440 a.C. entre el imperio Persa y los griegos. Su nombre deriva de la palabra “medos”, forma en que los griegos llamaban a los persas.
Las ciudades griegas de Jonia se encontraban bajo la soberanía de Creso, el rey de Lidia, quién le reconocía cierta autonomía a cambio del pago de un tributo. En el año 546 a.C, Lidia fue atacada por Ciro, rey de Persia, ante tales hechos, Creso ordenó consultar al oráculo de Delfos, el cual vaticinó que en caso de atacar “… se destruiría un gran imperio”, Creso, suponiendo que el imperio a destruir sería el persa atacó, pero en su lugar destruyó el suyo propio. Se dice que Creso comentó amargamente “…Nadie es tan tonto como para preferir la guerra a la paz, pues en lugar de que los hijos entierren a sus padres, son los padres los que entierran a los hijos. Pero esta es la voluntad de los dioses…· (Las grandes épocas de la humanidad. La Grecia Clásica.C.M. Borra. Edt. Time-life Internacional, Pág., 69).
Después de conquistar a Lidia, Ciro se desplegó por la costa sometiendo a todas las colonias greco-jónicas de Asia Menor. Para entonces, Dario I había asumido el poder persa y designó gobernadores persas llamados sátrapas, sometiendo brutalmente a los jónicos y obligándoles al pago de fuertes tributos. Hasta que el año 499 los jónicos se rebelaron; las ciudades de Atenas y Eretria, apoyaron la rebelión con 20 y 5 barcos respectivamente. Luego de la toma de la ciudad persa de Sardes los barcos regresaron, dejando a los Jonios a sus expensas. Darío somete nuevamente a los griegos en la batalla de Mileto y ordena la quema de la ciudad y esclaviza a toda la población superviviente. Cuenta la leyenda que el poeta Frínico cantó la tragedia de Mileto, la ciudad más culta de Jonia, y por ello fue multado al pago de 1000 dracmas por haber hecho llorar a la audiencia.

PRIMERA GUERRA MÉDICA.

En el año 492 a.C. Darío decide invadir la Grecia continental y castigar a las ciudades que habían ayudado a los jónicos, envió emisarios exigiendo la sumisión y el pago de tierras y aguas; algunas ciudades griegas obedecieron, pero según el historiador Herodoto Atenas lanzó a los heraldos persas a un hoyo para que cogieran la tierra con sus propias manos y Esparta los lanzó al agua para que se cobraran ellos mismos. No obstante ninguna de las dos se apertrechó para responder un ataque persa.

La batalla de Maratón.- En el año 490 a.C. Darío comisiona a sus dos generales Datis y Artafernes para que al mando de una flota de 600 navíos y 6.400 hombres atravesara el mar Egeo, desembarcara en la bahía de Maratón y tomara a Atenas por tierra. Los griegos al mando de Milcíades respondieron con una técnica que aunque infantil resultó infalible, tomaron la ofensiva y se adelantaron a Maratón para tomarlos por sorpresa. Según Herodoto, los persas vieron a los griegos en mucho menor número correr velozmente hacia ellos sin apoyo de caballería ni flecheros, como unos locos suicidas en busca de la muerte. Pero asombrosamente, los persas no pudieron detener la embestida de los 192 soldados atenienses y se retiraron a sus naves, en la más bochornosa derrota.
La leyenda cuenta que Melcíades ordenó a uno de sus soldados Filìpides dar aviso de la victoria a Atenas, éste recorrió los 42 Km, que separaban Maratón de Atenas, dio su mensaje y cayó muerto de fatiga. La carrera maratónica, una prueba de resistencia a pie de 42 Km, se incorporó a los juegos olímpicos en el año 1896, en honor de este soldado que no sólo luchó bravamente sino que corrió sin descanso para cumplir la orden e impedir que las mujeres y niños atenienses fueran sacrificados a fin de no ser tomados como esclavos persas.


SEGUNDA GUERRA MEDICA.-

Durante 10 años los griegos estuvieron en paz, los persas tenían sus propios problemas con el fallecimiento de Darío I y el ascenso al poder de su hijo Jerjes. Mientras tanto en Atenas, Temístocles asume el poder y convence a los atenienses de la necesidad de construir una poderosa flota, fortificar los caminos con murallas y realizar un nuevo puerto de fácil defensa. Gracias a la visión de Temistocles, Atenas era la ciudad mejor preparada para la guerra que se avecinaba.
No obstante, cuando el rey persa Jerjes avanza contra las ciudades griegas, los mismos atenienses reconocieron la fama espartana en asuntos militares y decidieron en el año 481 a.C., conformar la denominada “Liga de los Griegos” bajo el mando militar de los espartanos.
La flota griega se situó en el estrecho de las Termópilas en Tesalia. Si bien resultó una buena decisión militar no lo fue así en el campo político, porque las ciudades griegas del norte se sintieron abandonadas a las hordas persas y no opusieron resistencia al avance persa. El espíritu derrotista se extendió y al momento de ser consultado el oráculo de Delfos este vaticinó que toda resistencia sería inútil y advirtió a Atenas y Esparta sobre su posible destrucción.

Flagelación del Mar Helesponto.- En el año 480 a.C. Jerjes avanzaba con una flota de 700 u 800 barcos de guerra y unos 200.000 hombres de combate. No obstante el historiador Herodoto habla de una cantidad superior 2.600.000 soldados en 3000 navíos. Lo cierto es que al llegar al estrecho de Dardanelos, Jerjes ordena la construcción de un puente a los fines de cruzar el ejército y sus caballos. Este primer puente es destruido por una tormenta y Jerjes entra en cólera ordenando la muerte de los primeros arquitectos y azotar al mar con 300 flagelos. Esta acción no sólo habla de la barbarie e insensatez del rey persa, sino que también responde a la necesidad de vencer el significado mítico del mar como mayor oponente. A continuación se emprende la construcción de un segundo puente hecho con la unión de los navíos persas, y por donde desembarcaron los caballos, carros de guerras y el ejército. Herodoto narra que el desembarco duró 7 días con 7 noches y que estuvo acompañado por oscuros presagios tales como un eclipse de sol y el nacimiento de un mulo hermafrodita, motivo por el cual se arrojaron al mar ofrendas para reparar el mal realizado por la flagelación.


La batalla de las Termópilas y los 300 espartanos.- Lo cierto es que Jerfes avanzó fácilmente a través de Macedonia y Tesalia hasta que es detenido por la milicia griega en el paso de las Termópilas, un desfiladero de muy difícil acceso de unos 15 metros de largo.
En este lugar el rey espartano Leonidas, había colocado sus mejores hombres, 300 espartanos con la idea de detener al ejército persa, otros 1000 hombres guarnecían diferentes localidades.
Jerjes envió sus emisarios a Leonidas ordenándole que se rindiese ante la elevada diferencia numérica; a la invitación de entregar las armas los espartanos respondieron “Ven a tomarlas”. La batalla se acerca y Jerjes se da cuenta que en ese paso tan estrecho no podía usar su caballería, ni el cuerpo élite que conformaba su guardia principal llamados “Los Inmortales”.
En efecto, Jerjes sólo podía mandar pequeños grupos de guerreros a luchar, por lo que no se podía aprovechar al máximo la diferencia numérica, además las lanzas griegas eran mucho más largas facilitando la defensa. Lucharon durante 5 días, pero un traidor llamado Elfiates les mostró a los persas un camino por las montañas que le permitió atacar a los griegos por la retaguardia. Leonidas de todas formas decidió proteger el paso con sus 300 espartanos.
Cuenta Herodoto, que Leonidas murió en la batalla y sus espartanos hicieron retroceder a los persas cuatro veces y que lucharon hasta el fin. Al final de la batalla Jerjes caminó entre los cadáveres y que nunca se había encolerizado tanto.
Una vez tomada las Termópilas, los persas avanzan contra Atenas, la cual había sido evacuada con anterioridad por el rey Temístocles, se cuenta que el perro del padre de Pericles, no quiso ser abandonado y se lanzó al agua siguiendo la nave de su amo hasta que llegó a la isla de Salamina donde cayó muerto.
Jerjes no tuvo problemas para tomar la ciudad y destruir los templos de la Acrópolis.

Ejercito persa, conformado por la Legión de los Inmortales Estaban conformado por 10.000 hombres de infantería armados con lanza, escudos, daga y flechas, si alguno de ellos moría o era herido en combate inmediatamente era sustituido por otro, de tal manera que su número aparecía inalterable dando la sensación de inmortalidad.

La batalla naval de Salamina.- Temístocles idea un plan para que los persas se retiren de Atenas y vencerlos en el mar. Hace llegar el mensaje de que la flota griega estaba huyendo. Jerjes considerándose superior lo persigue con su flota. Los barcos persas eran mucho más numerosos y grandes que los griegos, pero la navegación en el estrecho de Salamina se le dificultó y los barcos se estorbaban unos a otros. Las naves griegas ágiles y dotadas de espolones se lanzaban contra los persas, que sufrieron una humillante derrota.
Temístocles planteó liberar las colonias jónicas del yugo persa, pero la Liga Griega se opuso por el temor de dejar desprotegido el Peleponeso.
Jerjes regresa a Asia y deja parte de sus tropas al mando de Mardonio que habían quedado en territorio griego, siendo vencidas por el general espartano Pausanias en la Batalla de Platea, quedando así destruidos los sueños persas de extender su imperio.

TERCERA GUERRA MÉDICA.-

Jerjes muere asesinado en el año 465 y asciende al poder Artajerjes, quien traslada la capital del imperio de Persépolis a Babilonia. En Grecia se funda la Liga Ático-Délica a los fines de proteger a Grecia y a las colonias jonias del Asia Menor, para este entonces Atenas es la ciudad más importante política, cultural y militarmente. Su rey Temístocles había caído en desgracia y es exilado, motivo por el cual se asocia con el nuevo soberano persa.
Cimón, hijo de Milcíades, invade Asia Menor y derrota al ejército persa en la batalla de Eurimedonte en el año 465 a.C.
Pericles es proclamado rey de Atenas quien continúa la lucha contra Persia y encarga a Cimón la firma de un tratado de paz con sus enemigos, el cual es firmado en el año 448 a.C.
La victoria de los griegos sobre los persas es considerada una proeza extraordinaria, los griegos siempre pelearon en desventaja numérica, sus fuerzas, con excepción de Esparta no eran profesionales, no estaban unificados políticamente, no obstante todos los miembros de la Liga Griega antepusieron sus intereses particulares a favor de la libertad y la gloria, Esquilo honró a los vencedores en el poema “Los Persas”, y después de siglos los nombres de Maratón, Termòpilas y Salamina son recordados como sinónimos de la lucha del hombre por la libertad.